Instantes exiliados del tiempo,
capturados en fugaces polaroids,
un permanente devenir.
Pequeños momentos, como pequeñas sus manos,
ansiosas de desplegar la honda voluntad de un hombre
que solo pide más.
Ella, siempre natural y firme en sus emociones,
se deja arrastrar por el torrente de sus pulsiones,
escalando los límites que se atreven a nacer.
El escenario que ambos crean es perfecto;
él no acepta el umbral del \"ya no más\",
mientras ella ansía probar la fuerza
que disuelve esa tensión.