Eres como un Octubre dorado,
escondiendo su encanto
en las nieblas de la alborada,
dejando paulatinamente a la vista
los viñedos y el castillo acerrimo.
*
Solamente con confianza miradas permitidas
en la profundidad de su esencia,
cual rayas de sol poco a poco,
cambiando con calor la timidez,
divulgando la preciosidad
de la profusión de su matices,
la unicidad de su aspecto,
que queda para siempre,
como un embeleso,
en los ojos de quien contempla.
Sí, tu eres mi Octubre.
David Arthur ©®
El cuadro de pincel propio