Jaime Correa

¡Oh, bellas musas del mar!

En la playa, donde la arena fina

se desliza bajo mis pies,

y el sol besa la espuma divina,

me rindo a vuestro hechizo, mis señoras.

 

Las olas, como seductoras,

me susurran secretos de amor,

y yo, un trovador enamorado,

les canto mis versos de luna, y de pasión.

 

Las mujeres, como diosas,

surgen de las olas, desnudas,

y yo, un mortal, me siento

cautivado por vuestra belleza, mis musas.

 

La luna, como una reina,

ilumina la escena, y yo,

un poeta, me dejo llevar

por la marea de vuestro encanto.

 

Así que aquí me quedo,

a vuestros pies, mis musas,

y les canto, y les sueño,

y las amo, sin cesar.

 

Un trovador enamorado