Salvador Galindo

Desde la oscuridad

Las palabras que florecen de mis labios dejan atrás la raíz de su luz.

Las emociones que, confusas, se pierden en el aire

figuran descarriadas del impulso de la inspiración.

 

Quise hacer poesía,

pero en su lugar escribí un obituario.

Traicioné una pasión,

profané una belleza oculta

desde la oscuridad.

 

Nada pido, el cielo me ha expulsado,

la tierra me ha perdido,

la nada me alienta a la renuncia.

 

Tras el engaño de la vida, el deceso.

 

Lancémonos de una vez

Arrojémonos, que no hay camino

Sumerjámonos, que no hay fondo

Explotemos por los aires

Libres de todo significado

Que ya no hay mundo.

 

Solo el reloj sin tiempo

Y el nombre, atomizado, sin rostro.