Novela Corta: Música para el Alma
~ * ~Un viejo llamado Don Ignacio de la Torre se siente en las tardes a escuchar música para el alma y hace revivir su instinto hasta que se va la luz…y queda sin música para el alma y qué hace Don Ignacio de la Torre, canta en el jardín de su casa…jamás queda sin la música para el alma….
Don Ignacio de la Torre vive como en la pura realidad y vive en su hogar en el pueblo Las Flores y es el año 1928. Don Ignacio de la Torre labora cortando patios o jardines en casas aledañas a su hogar y es muy feliz laborando como jardinero para poder ganar el peso y mantener a su familia. Don Ignacio de la Torre es un hombre de edad avanzada, apenas tiene setenta años, es un hombre fuerte, y aún corpulento, por el trabajo forzoso de toda su vida. Don Ignacio de la Torre, es un hombre de cabellos castaños con canas, y ojos como del color café, y tiene manos grandes y muy fuertes. Ya ha pasado una semana desde que ya ha recortado los patios aledaños a su hogar, si es un jardinero adiestro, muy eficaz y muy impoluto en realizar su labor. Don Ignacio de la Torre es el jardinero más importante de toda la vecindad cuando él recorta los jardines y los patios de todos en la vecindad por unos pesos que le dan de comer y alimentar a su familia. Don Ignacio de la Torre se lleva bien con todo el mundo y es como la persona más comunitaria de toda la vecindad. Don Ignacio de la Torre con la vida y el trabajo le hacen merecedor de una buena y excelente vida porque él vive bastante bien. Don Ignacio de la Torre va de rumbo hacia la inexplicable vida de un trabajo honrado, honesto y con virtud llevar el pan a la mesa y trabajar hasta obtener el peso que desea para comer y alimentar a su familia. Don Ignacio de la Torre va a laborar a la casa aledaña como siempre. El hombre de setenta años, con barba y canas en el cabello de color castaño y de ojos de color café labora como jardinero y con su radio siempre en la emisora perfecta escucha la canción más favorita y que le agrada. Don Ignacio de la Torre va sintonizando en la emisora perfecta su canción predilecta, la que siempre lo hace más feliz. Don Ignacio de la Torre va directamente a laborar a la casa aledaña como jardinero por recortar el patio con su radio siempre en la emisora perfecta, ¿qué se hará, Don Ignacio de la Torre si la luz se va? Don Ignacio de la Torre se dirige con radioeléctrico a laborar como jardinero y siente que su alma y su vida comienzan nueva etapa después de tantos años en laborar como maestro para los niños en escuela elemental ahora después de retirado se dedica a ser jardinero en los hogares aledaños de su vecindario. Don Ignacio de la Torre siente y percibe que su vida va más allá de la felicidad cuando sintoniza la canción preferida que le recuerda a su eterna juventud. La vida para Don Ignacio de la Torre es una vida fuerte, de lucha, de vencer, de laborar honestamente y honradamente, pero, la vida sólo le ha dado buenos momentos para poder vivir, pero, en éstos precisos momentos laborar como jardinero es cuidar de las plantas, de las rosas, claveles, pompones y flores silvestres, semillas fértiles y áridas. Y, Don Ignacio de la Torre cultiva rosas que son para los floreros en la cocina o el comedor para los vecinos. Don Ignacio de la Torre recolecta flores y las hace ornamentales para el disfrute de las casas de sus vecinos aledaños. Don Ignacio de la Torre va con radioeléctrico en mano cantando su canción favorita mientras labora como jardinero en la casa aledaña y continua a su hogar porque él es el jardinero de toda la vecindad. Don Ignacio de la Torre va decidido a laborar como jardinero y es el verano de 1928 en el pueblo Las Flores de alguna parte del mundo. La vida para Don Ignacio de la Torre es trascendental, es muy vivaz y muy feliz siendo el jardinero del vecindario laborando con toda honestidad y honradez. La vida de éste hombre en la comunidad es trascendental cuando en el alma y en el corazón se debate en un intransigente momento, por el cual, se debate en un ir y venir cerca y en los hogares aledaños trabajando honestamente, pero, siempre con su radio en la emisora perfecta. Don Ignacio de la Torre en el pueblo Las Flores es la década final de 1920 y queda complacido con toda su vida menos la posible posibilidad en quedar sin luz por su radioeléctrico para escuchar su canción favorita. Es el verano de 1928 y Don Ignacio de la Torre va decidido a laborar con radioeléctrico en mano.
La vida y el trabajo para Don Ignacio de la Torre se ha convertido en una gran suerte porque realmente es cuando hay trabajo y no es siempre. La pensión de Don Ignacio de la Torre no le da abasto ni lo sustenta por eso es que tiene el trabajo de jardinero en la vecindad donde reside cerca, continua y aledaña a su propio hogar. La vida para Don Ignacio de la Torre sucumbe y zozobra dentro del paraíso de una vida excelente como maestro de niños de escuela elemental y de un jardinero, por el cual, se perfila que será el mejor de los jardineros atrayendo más sustentos a su hogar si es un hombre de setenta años, por el cual, la vejez lo hace merecedor de una vida excelente. Don Ignacio de la Torre dice y expresa que el trabajo y la vida son pura suerte cuando cada vez cae el trabajo en sus manos. Don Ignacio de la Torre tiene sus clientes más predilectos y son los vecinos más cercanos y aledaños a su hogar siempre y cuando lo procuren a laborar como jardinero. El trabajo para Don Ignacio de la Torre es una labor comunitaria en ser el jardinero del vecindario y más que eso un buen amigo y un buen semejante con sus vecinos. Don Ignacio de la Torre va en busca de trabajo y de una salida hacia lo inexplicable y de una total razón. Don Ignacio de la Torre cree y piensa que la labor como jardinero es por pura suerte porque en realidad es cuando cae el trabajo entre sus manos como jardinero. Don Ignacio de la Torre mira y observa que su mundo y el trabajo es por pura suerte cuando cae el trabajo entre sus manos. Don Ignacio de la Torre, un hombre de setenta años, el cual, se dedica después de ser retirado a realizar jardinería en la vecindad donde reside Don Ignacio de la Torre. Es el año 1928, sí, final de la década del 1920, en el pueblo Las Flores, donde reside Don Ignacio de la Torre y todo es por la buena suerte el trabajo en que se dedica Don Ignacio de la Torre. Él dice que si cae un trabajito todo es por la buena suerte que le da la vida y más la suerte que tiene que siempre posee los mismos clientes vecinos, por la cual, se aferra como se aterra la diversidad de creer en el trance dedicado de un sólo mal tormento porque cuando sólo llueve no puede trabajar como es debido sino que Don Ignacio de la Torre queda frente a su hogar siempre en el balcón escuchando la emisora favorita la que le gusta más y la que escucha su canción favorita ¨El Amor de Juana¨. Don Ignacio de la Torre quedó adherido a esa emisora donde escucha su canción favorita donde canta los tríos y los boleristas cantando canciones viejas de bolero, si son la música que más le gusta. Si Don Ignacio de la Torre sólo está en su hogar pasando una lluvia esporádica, por la cual, no puede ni debe de trabajar porque la lluvia le impide cortar el césped cuando el terreno está saturado. Si Don Ignacio de la Torre acaba de sentir y de presentir que la lluvia va mojando sus sentidos y más la fuerza para amar lo que hace y renace y es recortar el césped a sus vecinos y queda escuchando la emisora favorita y más la canción favorita que dice así…
El Amor de Juana
Te conocí una tarde de verano,
cuando te tomé en mi mano,
y me he enamorado de Juana,
cuando eres una rosa en la ventana,
como una linda mañana,
que he despertado junto a tí,
el amor de Juana,
es todo para mí,
si es la rosa en la ventana,
que me da la fuerza para respirar,
amar, callar y sentir,
cuando eres sólo mi tiempo,
y mi cuerpo me lo sabe decir,
que eres todo para mí,
si estoy junto a tí…
Y ésta es la canción favorita de Don Ignacio de la Torre, la cual, se ha llevado el interés de Don Ignacio de la Torre, cuando todo le recuerda al pasado cuando se enamoró de su esposa Rosa.
La música para Don Ignacio de la Torre ha y es una música para el alma socavando muy dentro del cuerpo con esa canción ¨El Amor de Juana¨. Si Don Ignacio de la Torre va de costumbre al balcón de su hogar a escuchar con su radioeléctrico la emisora favorita y con su canción favorita ¨El Amor de Juana¨. Don Ignacio de la Torre se sienta frente a su hogar todas las tardes antes y después de laborar como jardinero cortando el césped a sus vecinos a escuchar su canción favorita y en la emisora más escuchada por toda la senectud de más de sesenta años. La edad de oro, todos o la mayoría escuchan esa emisora radial a esa hora exacta para escuchar los boleros más bellos de las canciones viejas. Don Ignacio de la Torre va directamente a sentarse frente a ese balcón a escuchar la emisora radial, por lo cual, es un radioeléctrico. La vida conlleva una dulce atracción en poder creer que el mundo es cada uno, y que el mundo tiene una vida para poder vivir mejor en cada recelo de la vida. Y Don Ignacio de la Torre lo sabe todo que en la emisora radial está la vida y más las canciones viejas que a cada senectud le agradan y le gustan. Don Ignacio de la Torre está envenenado con esa emisora radial y que a él le agrada tanto si la escucha a toda hora y a toda hora presentan a ese bolero mágico que se titula ¨El Amor de Juana¨. Cuando al aire va el locutor un señor de edad avanzada que dirige el programa radial para los radioescucha y para Don Ignacio de la Torre, de seguro que le encanta la emisora radial y más cuando se escucha su canción favorita ¨El Amor de Juana¨. Además de ese bolero titulado ¨El Amor de Juana¨ y tan mágico que le pone la cabeza a mil millas de recuerdos escucha Don Ignacio de la Torre otros boleros como por ejemplo ¨El Tormento¨, ¨La Luz Encendida¨, ¨La Fría Piel¨ y ¨El Tiempo en tu Cuerpo¨, cada bolero tiene su historia y en el afán de recordar buenos recuerdos de su vida pasada. Si Don Ignacio de la Torre va directamente a sentarse de frente a su hogar a escuchar la emisora radial y que le canta sus boleros más favoritos cuando la canción ¨El Amor de Juana¨, lo eleva hacia la esencia natural de una mujer amada y ésa es su esposa, la que conlleva una dulce atracción por tentar el alma y el corazón y más la vida de Don Ignacio de la Torre. Y continúa la canción así…¨El Amor de Juana¨…
…pensar, amar y callar,
que el tiempo es ocio,
cuando estoy a tu lado,
y sin un corazón helado,
voy hacia tu esencia natural,
ámame y me sentirás,
bésame y amarás más,
voy hacia tu vida,
cuando la herida que tengo es como la hiel,
amarga como el mal sabor…
Y así continúa el bolero ¨El Amor de Juana¨, por la que Don Ignacio de la Torre se ha enamorado tanto y tanto y que ha dejado el capricho de enamorarse como un jovenzuelo y adolescente de la vida misma. Y así fue que Don Ignacio de la Torre, se ve decidido y parco en hacer de la verdad una esencia natural de entregar alma, vida y corazón hacia esa canción innata como la pura verdad de que el bolero es real y muy hermoso en la letra en poder recordar la vida pasada de Don Ignacio de la Torre. Don Ignacio de la Torre debe de recordar su pasado inerte e inmóvil como poder haber amado a su esposa Rosa y lo recuerda más y más con ese bolero mágico titulado ¨El Amor de Juana¨. Don Ignacio de la Torre con la música para el alma y en su corazón, se ha llevado el más majestuoso momento de creer en el más vivo recuerdo entre el bolero, la música clásica y más si es para el alma. Don Ignacio de la Torre se ve decidido en converger y convidar que la música para el alma es ese bolero mágico y trascendental el que conversa y dialoga con la magia del recuerdo vivo de Don Ignacio de la Torre. Y todo porque el mundo y el vivo recuerdo se dio a la magia y a la mágica experiencia de dar un combate de creer que ese bolero es trascendental y tan universal como la música para el alma y más popular que la música clásica. Don Ignacio de la Torre se va a la deriva de entretejer la forma más ingrata de atraer ese bolero a su vida presente cuando ese bolero se presenta como el más popular de la edad de oro y de la senectud en general. Don Ignacio de la Torre se ve en la encrucijada de un sólo espanto cuando la emisora radial que sintoniza el viejo de la edad de oro en el balcón de su hogar se siente como si fuera un jovenzuelo o un adolescente de los que atrae el amor con canciones clásicas y con boleros populares. Don Ignacio de la Torre se ve en la encrucijada en querer vivir con el bolero más popular de todos los tiempos cuando en el balcón de ese hogar se escucha la emisora radial más popular y más sintonizada por la senectud o por la edad de oro. Ingrato es el porvenir de cada canción en el balcón sentado Don Ignacio de la Torre escuchando la canción más popular de cada rincón. Y Don Ignacio de la Torre se siente como un jovenzuelo o un adolescente de esos que toman café con leche y que escuchan la emisora radial más convertida en canción popular como clásica y demostrando que se puede ganar por escuchar un bolero y más titulado el bolero más clásico de la historia titulado ¨El Amor de Juana¨, cuando la canción culmina así…
…y si estoy junto a tí,
y que eres todo para mí,
cuando en la ventana dejas una rosa,
y esa rosa tan hermosa,
eres tú el amor de Juana,
Juana el amor eres tú,
mi amor entero eres tú…
Ya cesó el aguacero y el mal tiempo y se supone que ya era hora de recortar los jardines de los vecinos y a eso Don Ignacio de la Torre le agrada, pues, su rumbo y dirección se perfila en ser un jardinero ya retirado, que lo único que posee es una triste pensión con qué mantener a su esposa. Don Ignacio de la Torre se ve en la única desesperación en caer sobre el césped y lo recorta como todo jardinero y a todo el vecindario. Y Don Ignacio de la Torre se fue de rumbo fijo y tan exacto como el jardinero más eficaz de todos los buenos tiempos, cuando en el camino fijo se atormenta la vida y el amor en cada canción de un bolero que Don Ignacio de la Torre sintoniza en la emisora radial. Las canciones más preferidas de Don Ignacio de la Torre son primeramente el amor que le recuerda a su amor Rosa ¨El Amor de Juana¨ y por otros boleros que comienzan a dar señal de popular son ¨El Tormento¨, ¨La Luz Encendida¨, ¨La Fría Piel¨ y ¨El Tiempo en tu Cuerpo¨, si son las canciones preferidas que atormentan el alma y la sensación fría en sentir el suave desenlace en recordar viejos tiempos y en sublevar la razón en querer solventar el alma muerta de un espanto cuando sólo con las canciones se recuerda el pasado vivo de una vida tan segura. Las canciones más dolorosas y corta venas para Don Ignacio de la Torre son ¨El Tormento¨, ¨La Luz Encendida¨, ¨La Fría Piel¨ y ¨El Tiempo en tu Cuerpo¨, las que son música para el alma y en contra del recelo de la existencia se vio como el alma en el suelo porque en el tiempo y en el camino fijo en ser un jardinero del vecindario se aferró a la idea en escuchar las canciones más populares de la historia. La canción más favorita de todos los tiempos para Don Ignacio de la Torre se titula ¨El Amor de Juana¨ la cual es,
El Amor de Juana
Te conocí una tarde de verano,
cuando te tomé en mi mano,
y me he enamorado de Juana,
cuando eres una rosa en la ventana,
como una linda mañana,
que he despertado junto a tí,
el amor de Juana,
es todo para mí,
si es la rosa en la ventana,
que me da la fuerza para respirar,
amar, callar y sentir,
cuando eres sólo mi tiempo,
y mi cuerpo me lo sabe decir,
que eres todo para mí,
si estoy junto a tí…
…pensar, amar y callar,
que el tiempo es ocio,
cuando estoy a tu lado,
y sin un corazón helado,
voy hacia tu esencia natural,
ámame y me sentirás,
bésame y amarás más,
voy hacia tu vida,
cuando la herida que tengo es como la hiel,
amarga como el mal sabor…
…y si estoy junto a tí,
y que eres todo para mí,
cuando en la ventana dejas una rosa,
y esa rosa tan hermosa,
eres tú el amor de Juana,
Juana el amor eres tú,
mi amor entero eres tú…
Así es la canción y el bolero más popular de todos los tiempos cuando se electrizó la forma más ideal en convidar la razón y la razón perdida entre los boleros más populares que escucha en la emisora radial que sintoniza Don Ignacio de la Torre. Don Ignacio de la Torre se enaltece de felicidad cuando es feliz si tiene qué comer y dormir bien y conlleva la dulce atracción en creer que el tiempo, la furia y con la gran euforia desatando la misma fuerza por ser el jardinero más eficaz de todos los tiempos. Don Ignacio de la Torre cuando el tiempo no caduca ni expira para el jardinero más diestro de todos los tiempos, de todo el vecindario y comenzando la fortuna de escuchar su canción más favorita en la emisora que sintoniza radial con un radioeléctrico y como un tormento en que sólo desea escuchar y cantar a la vida. Don Ignacio de la Torre, su canción más favorita, la cual, se titula ¨El Amor de Juana¨ lo va llevando hacia una era inexplicable de un pasado vivido, de un amor tormento y de una pasión vehemente y todo con su actual esposa Rosa. La vida de Don Ignacio de la Torre se debe a que en el suburbio de un pobre corazón se enaltece la vida, el amor y la pasión por una canción, un bolero y tan popular como lo fue y es la canción titulada ¨El Amor de Juana¨. La vida de Don Ignacio de la Torre se enaltece en contra de la voluntad y de la frialdad que el jardinero escucha canciones endechas, boleros clásicos y canciones populares de su época queriendo regresar al ayer y vivir nuevamente la vida, pero, aunque no se puede, el jardinero es feliz con tan sólo escuchar la emisora radial que sintoniza. La vida comenzó para Don Ignacio de la Torre como un principio sin saber el final cuando comenzó en ser el maestro de niños de escuela elemental y ahora retirado y pensionado sólo se da a la tarea de ser un jardinero adiestro con escrúpulos y muy dichoso porque con lo poco que obtiene en ese trabajo puede sostener a su esposa. Los hijos de Don Ignacio de la Torre emigraron desde hace tiempo y lo abandonan a su suerte porque dicen que el trabajo los oprime, si para Don Ignacio de la Torre, ese mal proceder de sus hijos dice el jardinero que no sabe quién los crió de tal manera para actuar de tal forma con sus viejos. Don Ignacio de la Torre se ve en la encrucijada de creer que su mundo cae en pedazos, pero, no es más que recordar que crió mal a ésos hijos y se aferra a la emisora radial a escuchar su canción favorita, la cual, se titula ¨El Amor de Juana¨ recordando siempre el amor puro, inocente e ingenuo de su esposa llamada Rosa.
La noción del tiempo para Don Ignacio de la Torre es un tiempo inocuo, insolvente y muy transparente cuando el tormento se ve en la encrucijada de caer siempre en el balcón de su hogar escuchando la canción predilecta, la cual, se titula ¨El Amor de Juana¨, si para Don Ignacio de la Torre sucumbir en un trance se cuece el alma en que el día siguiente teme a que la luz apague su luz y quede sin radio y sin poder sintonizar la emisora radial que le gusta tanto. Y, todo porque es el año 1928 y, aún, el único radioeléctrico que posee Don Ignacio de la Torre es eléctrico y no tiene ningún otro. La vida comienza al final de la década de 1920 y precisamente en el año 1928 cuando en el pueblo Las Flores reside Don Ignacio de la Torre y va de rumbo a cortar el césped entre uno de sus más aledaños vecinos y disfruta escuchando la emisora radial que sintoniza para escuchar su canción predilecta ¨El Amor de Juana¨. La vida de Don Ignacio de la Torre se aferra al frío y al desafío de creer que al día siguiente quedará sin luz eléctrica y todo por la premonición de un futuro incierto. Don Ignacio de la Torre cree que es un jovenzuelo o un adolescente que comienza a enamorarse y a dedicar aquel bolero titulado ¨El Amor de Juana¨ a su único, puro e ingenuo amor llamada Rosa. El jardinero se aterra que quedará sin luz al día siguiente y que no tendrá su radioeléctrico sintonizado en la emisora predilecta. La vida para Don Ignacio de la Torre se debe a que la luz al día siguiente quedará sin luz prominente para poder sintonizar la emisora radial para poder escuchar su canción favorita. Las canciones favoritas y boleros populares que escucha Don Ignacio de la Torre en la emisora son… ¨El Tormento¨, ¨La Luz Encendida¨, ¨La Fría Piel¨ y ¨El Tiempo en tu Cuerpo¨, son los boleros más corta venas para Don Ignacio de la Torre esperando a que el tiempo, el recuerdo y la vida atormenta como un delirio desafiante y con un cometido delirante en creer que la vida recuerda ese pasado cruel y tan hiriente en el amor, pero, no fue así, fue un pasado transigente y muy bonito enamorando el alma, la vida y el corazón en cada partitura de la canción titulada ¨El Amor de Juana¨. Y es aquel bolero que comienza la canción ¨Te conocí una tarde de verano…¨, le sorprendió porque verdaderamente que a su esposa Rosa la conoce una tarde de verano y pudo saber que el amor, la vida, la paciencia y el corazón se unen para formar y formalizar toda unión en el alma. La música para el alma fue condescendiente para Don Ignacio de la Torre cuando recuerda en el alma a la canción predilecta ¨El Amor de Juana¨, la cual, forja el comienzo de creer en el alma un eterno amor y con la única fuerza de amar como amó a su esposa Rosa. La vida, para Don Ignacio de la Torre, comenzó en un delirio delirante cuando en el alma se contrae con la premonición de que al día siguiente se quedará sin luz eléctrica y que quedará sin escuchar el radioeléctrico sintonizado en la emisora predilecta para poder escuchar el bolero que le encanta ¨El Amor de Juana¨. La canción ¨El Amor de Juana¨ es un bolero clásico y popular, el cual, fomenta el amor en relación a un amor pasional que viven juntos hasta el fin de sus días, pero, para Don Ignacio de la Torre fomenta el alma, la vida y el corazón demostrando que la vida consterna como el amor en el corazón y ese es el significado para Don Ignacio de la Torre con ese bolero. La vida comienza a decaer como el triste tormento de un mal momento cuando Don Ignacio de la Torre temen quedar sin luz eléctrica desde que piensa que se marchará la luz y para siempre. La vida de Don Ignacio de la Torre se siente como se palpa en el alma y es la música para el alma que siente y presiente en saber que es para siempre esos boleros que le cantan al alma. Y Don Ignacio de la Torre yace allí bajo las sombras inertes e inocuas que aún no desaparecen aún de un sólo mal tiempo y llega la fría tempestad nuevamente a derribar en el cielo un sólo mal tormento.
Es el año 1928, es la década final del 1920, y en el pueblo Las Flores donde reside Don Ignacio de la Torre logró en saber que los boleros comienzan y finalizan con una gran ilusión para el corazón dejando abrir el tiempo y más la coraza del corazón en dejar amar con un amor totalmente cierto y muy certero y más para el alma. La música para el alma de Don Ignacio de la Torre se convierte en un sólo trance directo y tan perdido que quedó como el universo vacío o como el frío desierto en que casi se converge en el alma, la música para el alma y más para Don Ignacio de la Torre y cada vez que se le va la luz y qué hace Don Ignacio de la Torre, sin el radioeléctrico donde sintoniza la emisora radial donde cantan el bolero ¨El Amor de Juana¨, y cree que el trance directo de cantar ese bolero le atrae el más de los débiles recuerdos cuando amó verdaderamente a su esposa llamada Rosa. Y Don Ignacio de la Torre quedó con el recuerdo de cada letra de ese bolero en el alma, si es la música para el alma para Don Ignacio de la Torre y sólo recordó letra a letra a ese bolero que se titula ¨El Amor de Juana¨, y que dice así…
El Amor de Juana
Te conocí una tarde de verano,
cuando te tomé en mi mano,
y me he enamorado de Juana,
cuando eres una rosa en la ventana,
como una linda mañana,
que he despertado junto a tí,
el amor de Juana,
es todo para mí,
si es la rosa en la ventana,
que me da la fuerza para respirar,
amar, callar y sentir,
cuando eres sólo mi tiempo,
y mi cuerpo me lo sabe decir,
que eres todo para mí,
si estoy junto a tí…
…pensar, amar y callar,
que el tiempo es ocio,
cuando estoy a tu lado,
y sin un corazón helado,
voy hacia tu esencia natural,
ámame y me sentirás,
bésame y amarás más,
voy hacia tu vida,
cuando la herida que tengo es como la hiel,
amarga como el mal sabor…
…y si estoy junto a tí,
y que eres todo para mí,
cuando en la ventana dejas una rosa,
y esa rosa tan hermosa,
eres tú el amor de Juana,
Juana el amor eres tú,
mi amor entero eres tú…
Don Ignacio de la Torre recordó letra por letra del bolero cantado y titulado ¨El Amor de Juana¨, cuando yace allí bajo las sombras del dolor y de la penitencia de una luz que se ha marchado por horas inertes y que en la insolvencia del temor Don Ignacio de la Torre canta a pulmón incierto la canción y el bolero ¨El Amor de Juana¨. Cuando en el alma de un todo Don Ignacio de la Torre, se cuece el alma en creer que el tiempo, el alma y más la música para el alma de Don Ignacio de la Torre van más allá y de toda razón inocua. Y Don Ignacio de la Torre va de rumbo hacia su origen natural a laborar como todo jardinero y como todo héroe del gran recortado de todos los céspedes. Don Ignacio de la Torre se ve en la encrucijada en querer solventar la fuerza y la forma de atraer el querer cantar el bolero ¨El Amor de Juana¨, sin yá la luz eléctrica de un radioeléctrico apagado y que no tiene luz eléctrica y que en el afán de quedar sin radio y sin la emisora que le encanta decide Don Ignacio de la Torre que cantar el bolero a todo pulmón que le fascina sólo es la gran suerte de un mundo diferente. El jardinero va de rumbo hacia la eficaz e inexplicable inexistencia de creer que el mundo queda insolvente de premura y a laborar como jardinero de jardines por recortar la mala hierba. Don Ignacio de la Torre se ve en la encrucijada en querer solventar la fuerza y la ira en querer sobrevivir a espada y contra la pared. Y se ve Don Ignacio de la Torre a plenitud y con exactitud por una fuerza espeluznante de creer en las fortalezas más gratas y de toda una vida por querer laborar y ser jardinero del vecindario para poder alimentarse junto a su esposa llamada Rosa, la protagonista de ese bolero titulado, ¨El Amor de Juana¨. Don Ignacio de la Torre va de rumbo fijo en laborar después de esa corta tormenta que pasó el pueblo Las Flores donde reside Don Ignacio de la Torre y labora como jardinero siendo adiestro. Y Don Ignacio de la Torre se ve en la encrucijada en querer solventar la vida, el amor y con la sola verdad en querer la forma de cantar a la vida porque aunque las horas se van de prisa aún no ha llegado la luz eléctrica al pueblo Las Flores, y él con podadora en mano y rastrillo canta el bolero más mágico, más clásico y más popular y de todos los tiempos él canta a pulmón y a decencia de amar a su esposa y con toda certeza. La vida para Don Ignacio de la Torre se ve en la encrucijada de un sólo mal desenlace cuando en el radioeléctrico sin poder sintonizar la emisora radial más perfecta y con el locutor de edad de oro que se atreve a sintonizar el bolero y la canción ¨El Amor de Juana¨, el bolero más perfecto para los buenos recuerdos de Don Ignacio de la Torre. Y Don Ignacio de la Torre va cortando el jardín como jardinero y va cantando el bolero más trascendental de todos los tiempos ¨El Amor de Juana¨, si aún no llega la luz eléctrica al pueblo Las Flores. Don Ignacio de la Torre va cantando el bolero y con el alma, sí, la música para el alma, va y va Don Ignacio de la Torre para buscar el ademán frío de cantar su bolero más predilecto y de todos los tiempos. Y Don Ignacio de la Torre va directamente a su camino y a su destino fijo a laborar como jardinero siendo adiestro. Don Ignacio de la Torre se ve seguro e inseguro, certero y sin certeza porque en el trance directo cuando canta el bolero más mágico, clásico y popular titulado ¨El Amor de Juana¨.
Es el año 1928 en el pueblo Las Flores donde Don Ignacio de la Torre va cantando el bolero más trascendental de todos los tiempos cuando ocurre lo que transcurre un deseo ambigüo, continuo y dilucidar en querer solventar la vida y más en el decreto más conveniente de dar una sola señal como si llega la luz eléctrica al pueblo Las Flores. Si en el deseo y en el convenio de Don Ignacio de la Torre, se siente como el pasaje de ida y vuelta en querer converger la vida y la razón como ser la vida a cuestas de la triste soledad cuando en el pueblo Las Flores se fue la luz eléctrica y sin regresar aún la luz para poder sintonizar la emisora radial favorita de Don Ignacio de la Torre. Si la música para ell alma para Don Ignacio de la Torre se ve en la encrucijada y en el convenio más delictivo de creer que la luz aún no logra descender hacia el pueblo Las Flores. Es final de la década del 1920, o sea, en el año 1928 y para ser exactos lo que condena en el afán de creer en el trance de la verdad es que en el albergue y friolenta vida puede saber Don Ignacio de la Torre que se aferra sin contemplación a ser un jardinero y con podadora y rastrillo y nada más. Aún no llega la luz eléctrica para el pueblo de Las Flores si aún Don Ignacio de la Torre y aún el jardinero continúa cantando el gran mágico, clásico y tan popular bolero como lo es el bolero titulado ¨El Amor de Juana¨, y que canta así y como la letra a letra dice y entona así…
El Amor de Juana
Te conocí una tarde de verano,
cuando te tomé en mi mano,
y me he enamorado de Juana,
cuando eres una rosa en la ventana,
como una linda mañana,
que he despertado junto a tí,
el amor de Juana,
es todo para mí,
si es la rosa en la ventana,
que me da la fuerza para respirar,
amar, callar y sentir,
cuando eres sólo mi tiempo,
y mi cuerpo me lo sabe decir,
que eres todo para mí,
si estoy junto a tí…
…pensar, amar y callar,
que el tiempo es ocio,
cuando estoy a tu lado,
y sin un corazón helado,
voy hacia tu esencia natural,
ámame y me sentirás,
bésame y amarás más,
voy hacia tu vida,
cuando la herida que tengo es como la hiel,
amarga como el mal sabor…
…y si estoy junto a tí,
y que eres todo para mí,
cuando en la ventana dejas una rosa,
y esa rosa tan hermosa,
eres tú el amor de Juana,
Juana el amor eres tú,
mi amor entero eres tú…
El jardinero canta sin la luz eléctrica sin su radioeléctrico y poder sintonizar la emisora radial donde se canta el bolero ¨El Amor de Juana¨. Y Don Ignacio de la Torre fue y fue de rumbo incierto buscando más trabajo y labor por ser un jardinero siendo adiestro y, sí, que lo halla, el vecino aledaño a su hogar necesita que le corte las flores de rosas, y cuando percibe el aroma de rosas Don Ignacio de la Torre recuerda de todo del bolero mágico, clásico y popular que trasciende con el amor de su esposa llamada Rosa. Don Ignacio de la Torre se ha llevado la gran sorpresa al cantar el bolero que más le encanta cuando ni aún sin llegar la luz eléctrica en el pueblo Las Flores. Don Ignacio de la Torre en el pueblo Las Flores pudo saber que ese bolero clásico y tan popular fue precisamente escrito para el amor si el amor lo es todo, cuando en el afán de creer en el bolero, Don Ignacio de la Torre a todo pulmón lo canta, lo venera y lo hace más importante porque en el afán en decidir en quedar sin radio sintonizando la emisora radial favorita para escuchar el bolero que más le encanta a Don Ignacio de la Torre decide cantar la vida y cantar el bolero más trascendental, mágico y muy popular y el más clásico el que le encanta y le fascina a Don Ignacio de la Torre. Y ha comenzado a dar rienda suelta a la música para el alma para Don Ignacio de la Torre por laborar y trabajar siendo un jardinero adiestro. La vida comienza a discernir y a combatir lo más grande del mundo y aún el pueblo Las Flores en el año 1928, en la década final del 1920, no hay luz eléctrica, si por el día labora Don Ignacio de la Torre como jardinero siendo la vida un gran desafío delirante y por las tardes hasta la noche con la vela encendida Don Ignacio de la Torre se sienta en la esquina de ese balcón en su hogar para cantar el bolero, la canción favorita de Don Ignacio de la Torre, el bolero mágico, clásico y muy popular entre la edad de oro. La senectud va a la deriva sin luz eléctrica, sin la luz que da la vida y la claridad en el pueblo Las Flores. Y mientras que labora Don Ignacio de la Torre en el año 1928 laborando en el jardín aledaño y continuo a su hogar donde reside el caballero y el jardinero en el otro día va de rumbo hacia lo inestable y lo más inseguro de un pueblo que necesita la luz eléctrica para poder sobrevivir, pero, parece que la luz se ha marchado y para siempre porque no se ve un rayito de luz en el bombillo eléctrico. La luz eléctrica y la falta de luz se debe al pobre y a la escasez de la electricidad en el pueblo Las Flores. Mientras que Don Ignacio de la Torre se halla laborando como jardinero y cantando a todo pulmón el bolero que le fascina y que le encanta ¨El Amor de Juana¨, una voz, una clemencia y una voz de alerta que canta y que dicta sin marchar en huelga por la luz eléctrica sino por ser el jardinero más feliz de la vecindad en el pueblo Las Flores. Y Don Ignacio de la Torre cantando el bolero más trascendental y más delirante sin detener su voz incierta canta a todo pulmón siendo el jardinero más feliz de todos los tiempos. Y Don Ignacio de la Torre se entregó en cuerpo y alma a seguir cantando el bolero mágico, clásico y más que eso el bolero más popular.
Don Ignacio de la Torre, logró llegar a derribar el alma con la música para el alma. Nunca Don Ignacio de la Torre se cansó o se fatigó de laborar como el jardinero del vecindario marcando trayecto, eficacia, honestidad y siendo honrado. La voz de Don Ignacio de la Torre fue más allá de la forma y de la virtud cuando acecha cantando el bolero más mágico, clásico y más popular, porque cuando el jardinero más adiestro de todo el vecindario se siente con una sola fuerza con su propia voz cantando a pulmón el bolero más clásico y titulado ¨El Amor de Juana¨, porque en el transitorio momento se debe a que la mala situación que atraviesa el país y más en el pueblo Las Flores. La vida de Don Ignacio de la Torre comienza a decaer y su salud amerita más cuidados cuando ya es el año 1930, comenzando la década del 1930, y renaciendo la forma de ver luz por sus propios ojos y siempre en mente sus boleros más importantes ¨El Tormento¨, ¨La Luz Encendida¨, ¨La Fría Piel¨ y ¨El Tiempo en tu Cuerpo¨, los cantó a pulmón en aquel momento trágico cuando el pueblo Las Flores llegó aquel temporal y quedó el pueblo Las Flores sin la luz eléctrica y ¿qué hizo Don Ignacio de la Torre?, pues, cantar a pulmón abierto a sus boleros más clásicos y más populares entre la senectud y la edad de oro. Y Don Ignacio de la Torre se fue de la vida a morar con el Señor en el cielo, un hombre de alto calibre, un hombre de bien, honesto, muy responsable, el cual, honradamente laboró como maestro la mayoría parte de su vida y con los niños de escuela elemental y para luego retirarse y ser un pensionado que labora como jardinero para ganar el peso y alimentar a su esposa. Y a Don Ignacio de la Torre le fue muy bien desde que laboró como jardinero en los hogares aledaños y continuos a su hogar. Y Don Ignacio de la Torre siempre será y se escuchará la voz magistral del jardinero cuando cante a pulmón abierto el bolero más mágico, más clásico y más popular cuando solo el bolero ¨El Amor de Juana¨, lo hizo venerar, glorificar y lo hizo ascender hacia el más sentido de los dolores y de sentir lo triste como escuchar boleros corta venas. Y Don Ignacio de la Torre quedó con su voz cantando con fibras de un solo corazón a pulmón abierto y fue el bolero clásico, mágico, popular y de corta venas y fue el bolero titulado ¨El Amor de Juana¨, que canta con su voz a pulmón abierto. Y Don Ignacio de la Torre corre en ser como el hombre, el gran jardinero y el gran maestro que se fue de la vida, pero, dejó su radioeléctrico siempre sintonizando la emisora ideal y perfecta para escuchar el bolero más mágico, clásico, popular y de corta venas titulado, ¨El Amor de Juana¨. Si Don Ignacio de la Torre lleva en su mente la canción bolero y que comienza así…
Y cuando muere Don Ignacio de la Torre canta en su mente dejando saber que sí halló el verdadero amor en su esposa llamada Rosa, por la cual, el jardinero canta la canción hasta hacer del bolero un recuerdo vivo entre sus vivencias y experiencias de vida. Y sólo fue para Don Ignacio de la Torre música para el alma, para el alma que vuela a morar con el Señor al cielo y continuará cantando el bolero mágico, clásico y el más popular entre serafines y querubines porque el amor lo es y fue todo para Don Ignacio de la Torre y ahora es a pulmón abierto que cantará el bolero en el cielo la música para el alma porque allí sí que no hay luz ni radioeléctrico para sintonizar la emisora ideal para escuchar el bolero titulado ¨El amor de Juana¨.
FIN