Cada vez que tengas una tentación,
ora y clama a Jesucristo;
que el siempre estará listo,
para ayuda y salvación.
Si te tienden lazos
para apartarte de Jesús,
busca siempre su luz
y refúgiate en sus brazos.
Por un amor que nada ofrece,
tus pasos no desvíes;
ni tampoco te confíes,
porque tu alma perece.
Agrada siempre a Jesús
y sigue su camino,
no cambies tu destino,
que por ti murió en la cruz.
Para salvación de tu alma,
su sangre fue derramada;
para que del pecado; seas limpiada
y tengas siempre calma.
Qué después que le agrades
no se pierda tu vida;
por buscar la salida,
a un problema… ¡Y te espere el hades!
Olvida la materia,
olvida el terrenal sentimiento,
que luego trae miseria,
y un gran remordimiento.
A tu lado tienes un rey,
muy rico y poderoso
que llenará tu alma de gozo,
tan solo tienes que obedecer a su ley.