Siguen llorando
los ángeles del cielo
un día más.
Y son las nubes,
pañuelos muy mojados
con mil suspiros.
Ellas nos mandan
las gotas cristalinas
buscando besos.
Y las sentimos
rozarnos los cabellos
y nuestra piel.
Con ellas pienso
en tantas sensaciones
que han provocado.
Me siento triste
y trato que, mis versos,
den alegría.
Pero las nubes
ocultan a los sueños
que hay en mi alma.
Y así, el vacío,
el miedo y la impotencia,
van en mis versos.
Versos con llantos
de ángeles y seres
que son personas.
Y que precisan
la paz y la concordia
que tanto ansían.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/09/24