Las letras se juntan al azar
Y van decretando una preexistencia;
El ordenador es un receptáculo
Que recibe los mensajes en código.
Una especie de aura va cubriendo los ojos
Y la memoria se activa a destiempo
Llenando de lágrimas las ideas
En una atmosfera de desconsuelo.
La escritura espontáneamente
Va calando de frío
Y las líneas rectas de los renglones
Se va nutriendo de a golpes,
Con susurros de visiones,
Que arañan las paredes del alma.
Lo demás son locuras
Que el viento va arrastrando
De un hemisferio a otro del cerebro,
Sin respetar las reglas ortográficas
Y omitiendo el estado mental del autor…