Te veo a lo lejos…
Siempre estás en el mismo lugar,
Sentada en una banca…
Esperando que llegue el autobús…
A veces quedo a solo unos pasos de ti,
Pero nunca te das cuenta de mi presencia…
Quisiera hablarte…
Saber cómo te llamas,
Pero guardó silencio,
Porque las palabras se quedan atoradas en mi pecho.
Te veo…
Y me imagino…
Acariciando tu rostro…
Tu piel canela…
Y esos ojos…
Tan profundos como las noches,
Cuando te pienso demasiado.
Qué decir de tus labios…
Quisiera besarlos,
Robarte un beso,
Qué importa que me señales,
Qué importa que me lleven prisionero,
Al menos me sentiré vivo,
Me sentiré como el más ganador del mundo,
Por haber reposado mi boca en tus labios,
Pero solo lo pienso…
No me atrevería al final.
Quisiera decirte tantas cosas,
Pero no puedo…
He intentado hablarte,
Y siempre en esa travesía…
Yo estoy a tu lado….
En una ocasión me subí en el mismo autobús,
Hasta que te vi bajar,
No me atreví a hacerlo,
No quiero que pienses que soy un acosador,
Porque mi intención no es alejarte,
Sino acercarme un poco a ti.
Te veo…
Y no sabes cómo me gustas…
Esa mirada tuya…
Hay nobleza en tus ojos,
Y qué decir de tu sonrisa,
Solo la he imaginado,
Hasta el día de hoy…
Tan solo te veo perdida en tus libros,
En tus pensamientos,
Mientras yo…
Me muero por saber tu nombre.