Elizabeth A. Navarro

En un nido sin ventanas

Yo te miro y me derrito,  mi alma vuela y busca abrigo,  pero en tus ojos, aunque tan cerca,  el reflejo de mis sueños se dispersa.

Te pienso sin cesar, día tras día,  
tú me piensas, sí, pero solo cuando el tiempo vacía.  
Quisiera verte en cada amanecer,  
con café en mano y el parque a recorrer.

Quisiera sentirte en la noche fría,  
cuando mi piel clama por tu compañía.  
Hoy, nuestro refugio es esta habitación,  
sin ventanas, donde el amor es prisión.

Me ahogo en tus brazos, y aun así,  
prefiero esto a vivir sin ti.  
Algo me atrae, me ata, me consume,  
aunque sé que en tus sueños, yo no soy tu perfume.

Sé que no soy con quien quieres ser,  
pero aun así, no me puedo desprender.  
Mi corazón late en esta prisión,  
donde te amo, sin razón ni perdón.