Brillamos, oh casta
Oh rosa floral.
Aun huele a tus manos el cerezo
Que bajé de las tinieblas
A tus bordadas uñas silvestres.
Aún sigue la llama encendida.
Dejamos el óleo de un beso sigiloso como la noche hasta convertirlo en un amanecer centelleante.
¡Ay amor!
¡Ay dulce aurora!
Cabelleras de nácar
Rosas que no salen del jardín.
Unos besos que no se han dado
Un amor que no ha nacido
Un miedo que no se ha vencido.