He iniciado un viaje que repite un antiguo paso.
Y al ceñir otra vez la ciudad con el trazo de mi memoria
encuentro imprecisiones:
¡Ha cambiado todo de lugar!,
crecido una planta donde solía sentarme por las tardes
para urdir un futuro que no fue,
clausurado el pasaje que menguaba
distancia y tiempo
para ir y volver,
derribado al robusto gigante de hojas
y plantado ahí una antena camuflada de verde pino,
¿acaso la realidad es una ilusión?
Descubro un lejano parentesco
reflejado en la pileta de la plaza.
Entonces pienso
que nada debemos ver profundamente,
porque nos internamos en su alteridad
hasta ser uno,
y cuando “eso” ya no está o se ha deteriorado,
nosotros también;
y viceversa.
Yo ansiaba regresar,
pero lo que conocí se ha ido,
al igual que yo.
¿Acaso me ha llevado consigo?
¿Dónde he venido a parar,
hacia dónde estoy regresando?
Managua, 1 de octubre de 2024.