El olor a lluvia,
y las luces de la gran ciudad
fueron testigos de nuestro recuentro
Pero ya no eramos esos dos amantes
apasionados,
que se reían en cada cita,
por la multitud solo te observé fijamente
aunque desviaste la mirada
pude observarte
y recordar tu semblante.
Vinieron recuerdos a mi mente
La última vez que me abrazaste mís lagrimas recorrían mís mejillas
Arrodillado frente a mi
nos contemplamos.
Cómo completos desconocidos seguimos caminando
sin mirar atras
cada uno por su nuevo camino.