Desnuda, casi sin piel
Mi reflejo me reprocha, lo veo fruncir su entrecejo
Parece estar gritando, sin embargo
No puedo escuchar nada,
no puedo recordar el motivo de su enojo, su decepción
La sensación de mi abierta piel se está llevando todo mi pensar
El correr de mi sangre por mis piernas no me deja ir
El dolor de mis heridas no me dejan sentir el peso de la cuchilla en mi propia mano
Pero cuando reparo en ella, mis oídos empiezan a notar todo el caos que me rodea
Puedo diferenciar que mi reflejo me pide parar,
que esta gritando por piedad
Y escucho mi sollozo, fuerte y claro
Ahogada en dolor, sin poder controlar mi sentir
Deseando ser una con mi reflejo
Ansiando escapar a su realidad, pero siempre cayendo en la mía
Anhelando ese ardor acompañado del calido rojo,
esa anestesia casi audestructiva
Con cada alivio cargado de brillo metálico, llega una grieta nueva en el espejo
Siempre viviendo entre el caos perpetuo y la liberación momentánea
Viviendo en una lucha constante con la cuchilla, con mi reflejo en ella