Que la naturaleza me toque
y yo sea la naturaleza…
Soy las flores que descienden,
ramas que danzan entre ellas,
cuando el murmullo del viento
me invita a cantar.
Soy la inmarcesible melodía
que compone en nuestro derredor,
sinfonía que se transforma
en un mágico esplendor,
que sana y me reconecta al presente.