Aterrado en el instante,
sin ninguna chispa, agonizando,
aún intacto entre tanto frío alambre,
me desplomo, caigo y floto
como nadie que supiera en este foso
mal llamado mundo, en soledad
inalcanzable, lejos, mucho
más de lo que la mente normal abarca,
a gusto yo completo
hoy con verte en tu ventana
entregada aquí a mis brazos
por un pacto arcano:
invádeme.