Pasaran, las hojas caídas del otoño,
las nubes cargadas, los truenos gritando,
las lluvias derramadas del cielo,
los vientos fríos como cadáveres.
Pasará, la voluntad de ser mayor y mejor,
las historias calladas, la vanidad cansada,
el orgullo trotando en su caballo,
la ira escandalosa y herida,
la culpa engendrada en el yo,
el miedo que ata y secuestra.
Pasaran, las sonrisas vivas,
la felicidad disfrazada, la alegría simulada,
las miradas no miradas, los besos,
las caricias borradas con otras caricias,
los paisajes del cuerpo desnudo; joven.
Pasaran, las estaciones en el tiempo,
los pétalos de las rosas otoñales,
el calor del hogar que desprendimos,
el sol de cada mañana desde la ventana,
las lunas enamoradas entre la cúpula estrellada.
Pasará todo.
En el lecho gris y frio hasta pasara
la muerte silenciosa y callada.
Más, jamás pasará este momento donde el poema…
porque siempre habrá un terreno de amor
donde sembrar letras.
Antonia Ceada Acevedo©