¿QUÉ MÁS DA?
En las horas largas, el sudor y el empeño,
mi alma forjada en el trabajo y desvelo,
te creí en mis brazos, dulce y sincero,
pero la frialdad fue un duro veneno.
Llegaba a mi hogar con amor desbordante,
y hallaba en tu mirada un eco distante.
La ilusión se desmorona, el sueño vaciante,
¿qué más da? Si el dolor es ya constante.
Las sombras del tiempo han tejido un engaño,
tu risa era un canto, hoy suena a desengaño.
Por tus labios perdí lo que era un extraño,
mi fe se marchita, pero yo me extraño.
Culpable de ser un hombre sincero,
construyendo un mundo que a ligero,
las heridas florecen, pero yo me entero.
Ya no lloro por ti, no soy presa del viento,
¿qué más da? tus excusas de momento.
Resisto en la brisa y retomo al intento,
Por ella, mi niña, mi vida es mi aliento.
Eres un susurro que danza en mi pecho,
la estrella que brilla en el cielo deshecho.
Si me hieres, querida, ¿qué más da?
Tu indiferencia fue siempre mi carga.
Corazón Bardo ®