Ansió llorar pero me abstengo, ansió derramar tantas lágrimas sobre mis mejillas pero no puedo, gritar fuerte en todas las direcciones pero no quiero.
Ansió caminar bajo una torrencial lluvia y mesclar mi lloro con las gotas que caen para que nadie lo note, quiero sentarme una tarde nublada bajo la sombra de un árbol y quebrarme por completo.
Pero nada, nada lo concreto, ansió que esta tristeza, esta desesperanza sucumba en un llanto amargo desolado, cansado, sacármelo de adentro pero no encuentro el momento.
Si tan solo tuviera una sola oportunidad para perderme y estar a solas conmigo mismo, explotarlo todo, todo lo que llevo mucho tiempo guardado y atascado.
Lleno de frustraciones y lamentos, ansió perderme una noche mirando el cielo como un gato en el tejado observando a lo lejos las luces del faro, como se ve en la portada de un cuento extraño.
Ansió sentarme a orillas de un rio y que sobre mi brillen las estrellas que la luna este llena reflejando su hermosura y que mi mirada se pierda en una interminable llanura.
Con mis ojos aguados por sentimientos ahogados quiero reventar en llanto hasta caer la madrugada, he pensado tanto como quitarme de encima esta frágil armadura.
Esta carga llevo tiempo a cuestas y me cuesta, me pesa, quiero que este cansancio inútil desaparezca, quiero vivir, quiero ser feliz, quiero estar tranquilo, mi mente necesita calma.
Como un alma que no encontró su lugar y no descansa en paz vagando sin cesar, no es posible que lleve este sueño roto tanto tiempo y no merecerme un poco de suerte o de fortuna.
No pido mucho a la vida o a quien sea que maneja nuestros hilos como marioneta que somos en este herido planeta, no quiero morir sin nada.
No quiero irme sin disfrutar de lo que pequeño soñaba, no pido mucho, ni pido demasiado, solo lo suficiente para mi y para los míos.
Sin embargo creo que deberé resignarme a que mis manos estén siempre vacías, y saliendo de mis pulmones un gran penoso suspiro, esperare afligido con el tiempo de testigo.