Prefiero mirarte desde lejos,
pensar en lo que piensas y no verme al espejo.
Quedar más desarreglado de lo normal,
sin tener que preocuparme de que me verás.
Por las mañanas y tardes en la universidad,
pasillos o biblioteca, ¿donde caminarás?
El miedo no existe por hablarte, le temo a que me conozcas tanto
que sepas con que dañarme.
Preguntarte desde el nombre hasta la cosa que más amas,
si prefieres el dinero, familia o hay cero drama.
Ser la causa de tu insomnio por las noches
y la consecuencia de tus oraciones.