Me gusta vernos juntos,
desde fuera,
como si fuera Dios.
Entonces observo
como tu sonrisa
se creó para mis ojos;
y como tus ojos
dibujaron mi sonrisa,
así de simple.
“Son muy parecidos”
me dijo mamá,
y era cierto…
porque tus manos
se hicieron para mi piel,
mi pelo
para que juegues con él,
los miedos
para que yo los derrote,
y tu dulzura
para que a mi me hagas bien.
Es que cóncavo y convexo
sería exacto
si sólo mirásemos lo externo;
pero si vemos dentro,
allá en lo profundo,
en realidad somos gemelos,
dos almas vibrando
en la misma dirección.
Me gusta vernos juntos,
desde fuera,
como si fuera Dios.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay