Gonzalo Márquez

DÉJENME QUE LES CUENTE

DÉJENME QUE LES CUENTE
 
Hace mucho que conozco a ,
un hombre, Bueno y valiente.
Porta consigo, un precioso
equipaje, a su niño inocente,
 
y a su hidalgo adolescente.
Déjenme que les cuente.
Que ha librado mil batallas
de agravios, Y desdenes.
 
De las heridas recibidas,
aún le quedan cicatrices.
Las heridas lecciones aprendidas,
 
también probó los placeres,
De los arropes y de las mieles.
El amor y la luna,
siempre son sus confidentes.
 
Déjenme que les cuente.
Su sensibilidad, innata,
es inmensa, grandilocuente,
 
Por eso sueña en prosas,
disfrutando del aroma,
de las rosas.
 
Déjenme que les cuente,
De corazón pasional.
De sentimientos efervescentes,
La mente libre y ,
el alma al aire.
 
Ese ser ese hombre, lo conozco.
Es el ser que en ,
mí yo, se esconde.
Soy superlativo en emociones,
y veo las almas a través,
de los pálpitos,
de los corazones.
 
Y del aire.
Los perfumes de las flores.
Y del cielo las estrellas,
y luceros, y del amor,
el rubor de los ríos.
 
En las cálidas noches,
de remansos Amorosos ,
Entre los juncos verdes.
Destacan las libélulas azules.
 
Pequeños se me quedan los sueños.
Para tantas cosas bellas,
me faltan estantes, Quijotescas,
mis premisas ilusorias, taciturnas.
 
Surrealistas noches , ensoñaciones ,
hipersensibles las emociones banales,
Oníricas mis percepciones, mentales.
 
De las miserias, se aprenden,
grandes lecciones, aprendizajes
Distopía en un Mundo de sandeces,
De locos, de cuerdos, de soñadores.
 
Suenan en mi mente,
bellos los acordes,
de flautas pastoriles.
De trompetas naturales
de violines divinos concertinos,
la música otra de mis pasiones.
 
Medicina para ,curar el alma,
Que regocija los corazones.
Clarinetes y fagotes violonchelos,
y las rítmicas de las percusiones,
 
La música es ambrosía,
De santa Cecilia ,diosa.
Déjenme que les cuente,
Que me gustan las cosas,
bellas Creo que queda ,
bastante Omnipresente.
 
Al través de las palabras
Abro mundos de caminos,
loables, puros ,Indulgentes,
de sonrisas, besos y bondades.
 
Será verdad que no soy ególatra,
Que todo lo mío es vuestro,
de ellos de nosotros, dé las gentes.
 
De las riberas de los ríos,
De los montes de los valles.
De las olas, y de las,
espumas de los mares.
Soy de aquí y de allí,
De muchos y todos los lugares.