Adriana01

¿ME QUIERES OÍR?

¿Me quieres oír ? 


Somos hijos somos jóvenes somos amigos hermanos tíos sobrinos primos lejanos o secanos. Somos una vos que crece los nuevos adultos del mañana  buscando un camino que ya se siente  somos el futuro nos dicen viviendo un presente ferviente luchando por pertenecer sin perderse
y en cada paso que damos, la esperanza nos guía,tejiendo sueños y anhelos, en esta travesía.
Con cada risa compartida, y cada lágrima caída, forjamos la identidad, de una generación unida.
Las inseguridades, las relaciones y la presión social juegan un papel fundamental en este proceso. A veces, sentimos que no encajamos o que nuestras emociones son demasiado intensas. La búsqueda de aprobación y la necesidad de ser comprendidos pueden generar una lucha interna. 

Además, las decisiones que tomamos en esta etapa pueden parecer cruciales, pero también son oportunidades para aprender y crecer. Cada desafío puede enseñarnos algo valioso sobre nosotros mismos y sobre el mundo que nos rodea. 

Es importante recordar que no estamos solos en estas batallas; muchos otros están atravesando experiencias similares. Hablar sobre lo que sentimos y compartir nuestras historias puede ser liberador y, a veces, incluso sanador. 

El adolescente adolece,
entre sueños y desvelos,
buscando en el espejo
la imagen de sus anhelos.

Con el corazón en llamas,
y dudas que lo abrazan,
cada paso es una danza
en un mundo que lo arrasa.Las risas y las lágrimas,
se entrelazan en su andar,
y en cada elección que hace,
hay un deseo de volar.

El futuro es un misterio,
un laberinto por explorar,
y aunque a veces se sienta solo,
siempre hay luz al final.Así, el adolescente adolece,
creciendo en su propia piel,
con la fuerza de un volcán
y la fragilidad de un papel.
Tengo ganas de hablar por esos que se fueron temprano con nudos en la garganta y salida sin fin y por esos que aún callan y están aquí en un grito desesperante y silencioso de ayuda  
No ignorar lo que nos pasa nos hace buscar soluciones para que mañana sea mañana y no una cárcel social porque me quiero construir  porque me quiero sembrar 


Porque cada paso que doy,
es un ladrillo en mi camino,
y aunque a veces el miedo me abrume,
no dejaré que me defina el destino.

Quiero florecer en cada estación,
desafiar las sombras que me rodean,
construir puentes de conexión,
y en cada caída, volver a la idea.

Sembrar sueños en la tierra fértil,
cultivar la esperanza con amor,
porque el mañana es un lienzo en blanco,
y yo soy el artista de mi propio color.

Así, no ignoraré lo que siento,
ni las cadenas que quieren atar,
pues en mi pecho arde un fuego,
que me impulsa siempre a avanzar.