Qué paz escuchar de fondo las rocas,
con la ayuda del viento cuando el río choca.
Es como la rama en la orilla que se sujeta,
al tronco que lleva años de posición chueca.
Cuantos temporales más deben llegar
para darse cuenta que está hecho para soportar,
lluvias afiladas y personas malcriadas
que ensucian donde no deben y pisan donde quieren,
árboles manchados con colillas de cigarros
y botellas de vidrio que a animales hacen daño.
La vida, al fin y al cabo, es como un temporal,
tan tibia, y la envidia la transformas en lealtad.
Demuestra amor y amor recibirás; de no ser así,
¿Eres tú quien pierde más?