En un rincón del mundo brilla una casa,
donde el sol se asoma con dulce sonrisa,
una niña ríe, llena de sueños,
bailando en el jardín, entre juegos y empeños.
Su madre la mira, con amor infinito,
tejiendo esperanzas en cada pasito,
sus manos son suaves como el viento,
sus brazos un refugio, un cálido asiento.
El padre sonríe, fuerte y sincero,
con historias de vida y un abrazo ligero,
juntos construyen un mundo de risas,
donde el amor florece y nunca se divisa.
La mesa se llena de risas y cuentos,
cada comida un festín de momentos,
los días se visten de colores brillantes,
en su hogar, son siempre desafiantes.
Así, en su abrazo, el tiempo se detiene,
unidos en la vida, donde el amor sostiene,
la belleza de ser familia, un lazo eterno,
en cada latido, en cada invierno.