En mis tierras donde el sol niega su aliento,
y el río se desborda murmurando nuestra historia,
te eriges como mi hombre, depositario de mi secreto
hechas raíces profundas en mi tierra morena
cosechas mis deseos y la lujuria de mi anhelo.
Hombre de mi tierra, de mi lluvia y mi fuego,
guardián del arte primigenio, puente seguro de mi amor
profundo océano en el que pierdo mis matices.
Tormenta y roca firme de mi vaivén.
Felicidad encerrada en los ríos de mis cuencas
Testimonio indecible de mis pasos por la tierra.
Cómplice infecundo de la burla de un gran amor
Mortaja y tumba sublime de mi ser misma.