Vivo rodeado de amigos,
que no saben que lo son.
Algunos ya han fallecido,
y muchos están en el librero
donde no cabe ni Dios...
Son los autores de los libros,
que guardo en el corazón.
A ellos debo la alegría
de siempre tener motivos
para imaginar poemas
que no hubiese escrito yo.
Allí están, en el librero,
son fuente de inspiración,
y los llevaré conmigo
cuando llegue la ocasión,
aunque el funerario diga,
que en el ataúd solo caben
los libros, o yo...
Frank Calle (3/ oct/ 2024)