Frida Kahlo pedalea con vigor inusitado,
su vestido floreado al viento ondeando.
Van Gogh la persigue, oreja vendada,
con su bicicleta de girasoles decorada.
Por campos de color intenso zigzaguean,
sus pinceles como manubrios florean.
Frida grita: “¡Alcánzame, Vincentico!”
mientras Van Gogh responde: “¡Voy rapidito!
Este poema tiene aspectos imposibles en la realidad, ya que los artistas vivieron en lugares y épocas diferentes y sin embargo, ambos hicieron autorretratos numerosos y expresivos, usaban estilos muy personales, con colores brillantes . Ambos tuvieron problemas como el polio de Frida y su accidente de bus, y Van Gogh con sus problemas tanto físicos como mentales, es decir, ambos tuvieron vidas turbulentas pero dejaron un gran legado.