Al contemplar tu cuerpo siempre
me parece fin de semana,
Y mis dedos amontonan
toda justificación, pero no diré
mariposas porque en ti no eres no.
Lo hermoso de ti no está
en los labios que te digan,
está en los sanados ojos
que por sanados siempre miran.
Tengo ganas de escribir por ti
en cursiva, las letras amontonan
en la talega de mi ausencia
de ganas a que la tinta diga de ti
lo que por perenne se viene
renglón por renglón.
Seamos árboles que no deshojan,
seamos del río su nacer,
seamos de la fuente la sed,
seamos tú y yo un horizonte
en las faldas del ocaso
y decirnos como el mar.
No callemos nunca
la palabra por venir desnuda,
Los garabatos siempre perfuman
cuando en el cuando
no hay posible interrogante.
Dime y digo y seamos.