BAJO LA LUZ DEL BAR
Bajo la luz tenue de un bar de sombra,
un murmullo ahogado en risas me nombra.
Los vasos tintinean su triste canción,
y en cada sorbo busco una ligera conexión.
Las paredes susurran historias perdidas,
de amores fugaces y almas heridas.
Mujeres en danza, susurran al viento,
mientras el reloj se olvida del tiempo.
Asiento en la esquina, envuelto en un mar
de cervezas, memorias que vienen y van.
Un destello de ojos, reflejo de anhelos,
me atrapa en su abrazo, como un dulce desvelo.
Ella se acerca, con la risa traslúcida,
en su andar ligero, una sombra curiosa.
Su mirada es un juego, un enigma sutil;
en esta noche oscura, brilla como luz de abril.
Cuéntame de tus penas, sugiere su voz,
como si el vino ahogara el adiós.
Pero en vez de historias de pérdidas y sombras,
hablemos de sueños que el alma no rompa.
Le prometo al silencio que guardé en la piel,
que esta noche somos, sin más, un papel.
Mientras el mundo afuera se agita y se queja,
aquí, en nuestra burbuja, la tristeza se aleja.
Así, entre risas y susurros, quedamos,
un instante eterno donde siempre soñamos.
Bajo la luz del bar, la vida se enciende,
en cada trago, una chispa que sorprende.
Corazón Bardo ©