¿Quién determina si lo hermoso es hermoso,
la gente estúpida, inteligente o el ambicioso?
Para mí, es hermoso mirar el cielo rojo,
quedarme en silencio cuando un perro me mira a los ojos.
Ya sea sentado en un árbol, tirado en el pasto
o muerto en la calle,
creo que lo muerto no pierde su belleza, aun con las tripas al aire.
Va más allá de eso, lo malo puede seguir siendo bueno
si a los ojos del protagonista vale más el proceso.
Se aprecia lo que hizo cuando está inerte,
aun así, la hipocresía permanece en nuestra mente.