La mañana es tan distante… tan lejana como la copa de un árbol.
Y mi padre lleva entre sus brazos 46 ramos de vida,
ramos que poco a poco deshoja sus flores.
Oh, caballo de agosto, galopas en la mirada de mi padre,
recorriendo el pastizal sembrado por sus propias manos,
manos recias, cóncavas por el tiempo hirsuto.
Y soy honesto.
No culpo tu rudeza, padre.
Al contrario, la bendigo,
porque me preparo para enfrentar la vida.
Por favor, tiempo, no deshojes a mi padre.
Te lo ruego, te lo imploro, no traigas el otoño a su alma.
Y la mañana parece tan distante… tan aislada como un amigo lejano.
Y mi padre lleva entre sus brazos 46 ramos de vida,
ramos que bajo el cielo infinito pone a solear .