Y en la plaza de mi pueblo
hay una gente muy rara.
De muy diversos círculos
y de muy distintas caras.
Están los politiquillos
de todos los colores.
Los hay rojos, azules,
verdes y amarillos.
En la plaza de mi pueblo
se sientan los abuelos
corretean los zagales
y se mean los perros.
En la plaza de mi pueblo
la fuente no para
corre el agua clara
que refresca nuestra cara.
En la plaza de mi pueblo
el tiempo no pasa,
el tiempo se detiene.
La ira y la envidia resbala;
se queda parada, y cuando llueve,
el agua se la lleva.
En la plaza de mi pueblo
no hay ayuntamiento
ni existen los municipales.
Una rueda de carro, una rosaleda,
cuatro olmos viejos; sus principales.
Mil versos por terminar
mil encuentros a solas
en la plaza de mi pueblo
solo faltas tú,
mi musa amapola.
Fin.