Moriré como crecí,
en medio
del mas vil
de los estados del ser humano.
El amor a los padres
se va derritiendo entre los dedos.
Y cuando somos adultos
nos alejamos del sentimiento
que nos embargo en la niñez.
Ley de la vida
el despegar
para verlos marchar.
Es la historia del vivir
de la cuna a la sepultura.
Esperando el descenlace
con cierta esperanza
de que nos libraremos
de tamaña envergadura.
Siendo el geriátrico
el primer lugar.
No es crítica
ni juicio de valor,
solo es descripción.
Y el que piense lo contrario
encontro su lugar de engaño.
Hoy me quedó una sensación
de desamparo de desamor.