Pensar es difícil por eso la mayoría de la gente prefiere juzgar
Carl Jung
No es que así me sienta,
aunque también,
sino que ya lo estoy,
no como un árbol enhiesto,
ni un vino añejo dulce, delicioso;
más bien, como un enfermo
al que se le prolonga la vida
artificialmente;
con una suerte de ciclotimia
causada por los embates
de la vida
que a esta edad sí que repercuten;
el miedo aumenta,
no a la muerte, no a los otros,
sino por la impotencia de hacer nada
ante la claridad que se abre y expande
del vil enredo que hemos armado
los seres humanos de esta existencia,
a pequeña y gran escala;
tanto desarrollo,
en vez de simplificarse,
el imbricamiento aumenta;
nadie vive, no puede vivir;
alienación del orbe;
los que pueden hacer algo,
pierden el tiempo;
me pregunto:
caerá un asteroide para comenzar
nuevamente.
Este nudo en la garganta
no se desata ya más
es el camino a la locura.