alicia perez hernandez

Nunca me he ido...

Nunca me he ido...

Bésame el alma…

la boca cualquiera me puede besar.

Pero el alma... la besa mi poeta

Que sabe dejar tatuados sus besos

en cada poesía que me escribe,

escribe versos de Amor y por amor.

Sabe amar con poseía y dejar sus besos

en sus versos y abrazos con sus rimas.

Bésame el alma, la boca

son besos tatuados de amor...

tus besos quedaron en mi piel para toda la vida

como una bella poesía.

Me encanta que me quieras,

me encanta que me ames,

como a mí me gusta

amar y ser amada.

Desde mi alma a tú alma

dejo mis letras

tatuadas con mi nombre

para que no me olvides,

para que no me extrañes

cuando no esté en tus brazos.

Me dejo querer cada vez que te veo

porque vivo el amor en ti y por ti

en lo dulce de tu mirada.

Te quiero con alma, vida y corazón 

desde siempre, desde toda la vida 

porque para ti nací!!

“Nunca me he ido”

Siempre estuve allí! tan cerca de ti,

que casi te puede tocar,

oler, sentir y palpé tu rostro,

entre mis dedos con deseos,

de besarte, poseerte y hacerte mío!!

¡Sigo aquí junto a ti!

“Nunca me he ido” Siempre estuve!!

Siempre has estado en mi vida

pero yo en tú vida jamás he estado!! 

Siempre estuve!! con dolor lo digo que tú no!!

 

Alicia Pérez Hernández… México

No es la pluma la que escribe, es el alma

Todos los derechos reservados©

RETO... Julio Flórez

Si ante tu pies me postro 
como un esclavo rendido
y una mirada te pido
con temor casi con miedo;
si porque ante ti me quedo
extático de emoción,
piensas que mi corazón
se va en mi pecho a romper,
y que por siempre he de ser
esclavo de mi pasión...

Te equivocas, te equivocas,
fresco y fragante capullo
yo quebrantaré tu orgullo
como el minero a la roca.
Y si a la lucha me provocas,
dispuesto estoy a luchar:
Tú eres espuma, yo, mar
que en su cólera confía.
¿Tu me haces llorar?
yo también te haré llorar!

Entonces cuando rendida,
me ofrezcas toda tu vida
perdón pidiendo, a mis pies,
como mi cólera es mucha 
en sus excesos, 
¿sabes tú lo que haré en esos
momentos de indignación?
¡Arrancarte el corazón
para... comérmelo a besos!