No creo en nada después de la muerte,
Pero al menos espero que cuando esté,
En ese momento, de insoportable temor
Y sobrecogedora calma;
Mi estúpido cerebro,
En algún proceso químico,
Como última muestra de mi voluntad,
Me permita verte a ti de nuevo,
Antes de que el profundo océano negro,
Me consuma para siempre...