Háblame de ti... ¿cómo has estado?
Yo, por mi parte, aún sigo pensando en ti, desde el día de tu partida.
Siempre acaricio el frágil cristal que me separa de tu bello rostro.
Aún las rosas de mi jardín lloran tu ausencia, extrañan tu aroma a avellana
y tu aliento de gardenia, embriagante como dulce vino... Vaya que desaire,
no me di cuenta, que solo le escribo \"A la Nada\".
Qué curioso, aún conservo el primer \"te quiero\" que me regalaste,
estrechandolo contra mi pecho, vuelvo a sentir la esencia de tu cariño
y lo abrazo fuertemente... para no perderlo, como te perdí a ti.
Pero vaya que descuido, aún sigo escribiendo \"a la Nada\"...
Mis tardes frías y oscuras me atemorizan y enchinan mi piel,
como el día en que te conocí... Linda tarde, pintoresco lugar,
bonita sonrisa, cautivadora y misteriosa... Lástima que nunca la vi.
Más mariposas flotan en el aire, dibujan arcoíris en blanco y negro,
perfumando el aire con encanto... Mareos intensos, señales de Cupido...
Y ahí la vi... Pelo suelto, jazmín descubierto, chompa azul, conjuro azul,
falda blanca, corazón en blanco, tímida flor, jilguero acalorado... Y...
Pero qué tonto soy, solo le hablo \"a la Nada\"...
¿Pero qué más da? Quizás estoy loco...
Quizás así soy feliz, viviendo siempre del pasado, odiando el presente
y huyendo del futuro... ¿Para qué fingir que estoy pisando tierra,
si todo el tiempo estoy en mi Edén de ensueño?
Pero bueno, me acostumbré a hablarle \"a la Nada\"...