Esta noche... esta noche mate al amor de mi vida.
Saque su vida de la mía.
Borre sus sonrisas y cerré sus ojos.
Esta noche camine en la oscuridad profunda
donde ni los peores peligros alcanzan a los hombres.
Vague perdido, soltando descontroladamente su recuerdo en cada lagrima,
sabiendo en todo momento que a la distancia, muy lejos de mi,
ella sollozaba mi pérdida también.
Caminé con el ferviente rugido de mi dolor, por el luto de mi amor-
de mi amor que cada vez estaría mas cerca de su campo de girasoles,
en el cual mis sombras ya no tenían lugar.
Esta noche junté los fragmentos rotos de mi corazón
y los sepulté en la oscuridad,
donde nadie pudiera sabotear ni estropear.
Dejé caer mis mas puras lágrimas sobre la tierra
para que germine una nueva vida,
y que crezca hasta ser un fuerte y hermoso árbol,
que abrigará a los pájaros cantores
y dará sombra al que lo cuide.
Un árbol a través de cuyas hojas se deslizaran los cálidos y brillantes rayos del sol.
Esta noche maté al amor de mi vida.
Esta noche camino en la oscuridad después de haber tenido luz.
Esta tormentosa y trágica noche escribo mi última carta de amor
y recojo lo que sobra de mi corazón.
Y pues... que el sol de mañana mi rumbo decida,
porque esta noche mate al amor de mi vida.