En la tarde, al volver la vista atrás
y contemplar la senda recorrida
viene a la mente la ocasión perdida
en cada etapa que quedó detrás;
En aquel cerro olvidé quizás
una rama de almendro florecida,
no bebí de esa fuente allá escondida
de un agua que ya no volverá más,
en un recodo de esa huerta umbrosa
perdí el alado canto de un jilguero
y el temblor de una tenue mariposa.
Flor, agua, canto, mariposa, quiero
volver, buscar vuestra estela amorosa
y un beso que olvidé por el sendero.
Sea este soneto
que va para ti,
dedicado al beso
que nunca te di.