Entre el barullo de letras
la hache, estaba muda
nació sin voz entre muchas
pero nunca estuvo ciega.
Encabezó muchas frases
tan callada, sin oírla
que pasaba inadvertida
nadie escuchaba la hache.
Pero al igual que las otras
es necesario escribirla
aunque su voz no la notas.
Pues si prescindes oírla
las letras se te amontonan
en faltas de ortografía.