Me esperabas cada tarde
en tu silla,mirando el horizonte.
apresuraba llegaba , era la hora
del café.
Tus manos arrugadas madre querida
se desvanecen en las mías.
Cuantos cuentos, cuantas risas
en esas tardes de café,
donde el tiempo transcurría sin
prisa.
Te extraño , no tengo con quien compartir
este café,
hay un vació en mi alma , como
hoyo sin fin..
como luz infinita ,
En tardes como estas
te siento a mi lado,
estando perdida buscándote
en cada rincón.
en cada vestido que quedo con una
talla única, arropado en el tiempo.
Te esperare como cada tarde , para compartir
el café.