Somos sudamericanos; en este continente todos somos hermanos, no nos importa el color, el idioma, el olor o la bandera que llevas, no nos interesa eso de la \"raza\".
Aquí el clima nuestro es muy raro, debemos llevarnos siempre dos prendas, porque salimos con remeras y volvemos con camperas.
En invierno a veces es verano y en verano invierno, pero no nos importa, así es nuestro pueblo, con avenidas llenas de árboles floridos de lapacho.
Somos de comer mangos de cualquier árbol, ellos crecen en todos lados, así como los naranjos y los guayabos que encuentras en un vecino o un patio baldío.
Comida, aunque muchos creen lo contrario, no nos falta; nos gustan las tortillas y también las empanadas, un asado bien rico sobre una enorme parrilla.
Somos de la caipiriña, el tereré, el fernet, la caña blanca y la cerveza, aquí en mi país llamamos frutilla a la fresa, en el vecino mastican coca.
Tenemos muchos bosques, selvas y agua dulce, somos gente cálida, humilde y muy felices, en mi tierra le decimos ynambu a las perdices.
Hablamos diferentes idiomas, pero entendernos no nos cuesta nada, a dónde vamos, nos abrazamos, nos saludamos como viejos amigos, como hermanos.
Dicen que somos del \"tercer mundo\", no entiendo de cual, ¿sería de Júpiter, Mercurio o Neptuno?, ¡da igual!, yo solo sé que soy sudamericano.
Somos los de las Copas Américas, los carnavales, las buenas ferias, tenemos una de las más grandes hidroeléctricas y países con varios trofeos de copas mundiales.
Si vienes de visita con hambre en nuestro continente, no tienes de que preocuparte, nuestro arte culinario es muy extraño y variado.
Nuestras bebidas son muy refrescantes y nuestros bailes muy admirables, no somos los genios en cuestión de tecnología ni armas nucleares, pero sí contamos con muchas reservas naturales.
\"Así que ya sabes cómo somos aquí, en nuestro continente, y de cómo son mi gente\".