Mauro Enrique Lopez Z.

Sanada la herida

Cómo la amaba con todo el corazón. 

Pero una tarde me destrozaste 

mi alma porque, yo mismo te ví acompañada y, bien agarradita de 

la mano dulcemente, con quién 

te acompañaba.

Tomé las cosas con 

calma, pero por dentro de mí, cómo 

rabiaba.

 Miré al cielo y le pedí a Creador 

que mantenga calma y, que desde 

ese momento que me arranque todo 

lo que sentía en mi corazón por ella.

Solo sé que mi Dios se apiado de mí.

Hoy sé ,que tambien le pagaron con la 

misma moneda lo que me hizo a mí.

Ahora soyosa y, le digo no llores porque,

el tiempo se encarga de curar las 

heridas. Yo estoy sanado 

gracias a mi Creador y soy felíz.