Solo sé sentir de una maldita forma,
el tiempo es una basura
si no es contigo, con pocas razones cuando es sin ti.
La cuestión es que sin tu existencia, soy definitivamente un maldito hombre,
dispuesto a partir más de un rostro a puñetazos,
a romper más de un corazón, sin remordimientos.
La realidad es otra broma pesada
si no estás metida en ella.
Cada vez que algo bueno ha pasado,
has estado ahí,
aunque ni lo hayas sabido.
No eres un faro, ni una jodida guía espiritual,
pero tu sombra ha estado en cada rincón de esta vida.
Todo depende de ti, del maldito brillo que sueltas,
cuando tienes ganas de alumbrar.
Yo solo me arrastro detrás,
como un perro tras una luz que nunca alcanza,
porque el sol no me calienta sin tu reflejo,
maldita sea, eres todo lo que tengo.
No sé que fue lo que te puso en mi camino,
pero ése ser sabía lo que hacía.
Me hizo ver que la realidad
no es más que el eco sucio
de lo que tú dejas en mí.
Eres mi sol encubierto,
mi pequeña lámpara de motel,
que ilumina justo lo que necesito ver
en esta puta oscuridad.