Ciudad bosque de vidrios
el sol nace en cualquier lugar
distrae con reflejos
y la prisa devora el tiempo
los habitantes como espantapájaros
olvidan.
la lógica del progreso
consume al habitante
su identidad no les pertenece
así el sol y el tiempo
se pierden ante sus ojos.
Cruzan las calles
ríos de cuerpos apresurados
en cada esquina las estructuras
fragmentos de un cálculo sin rostro
el caminar es la respuesta
a la violencia que persigue
y gira entre los espacios.
Así el presente una flor
que se deshoja por el peso
del miedo y el despojo.
El cuerpo hierba silvestre
entre las piedras de un camino
sin huellas.