I
Cuando beso tus labios
en el cuarto oscuro,
en pleno conticinio,
palpo tu cuerpo desnudo.
II
Brota el clímax del amor,
en esencia furtivo,
que exalta el erotismo
de hitos prohibidos.
III
Cuan eternos andariegos,
miramos el cielo,
y vivificamos el inhiesto
y soterrado vuelo.
IV
En el lar del encuentro,
apasionados y ardorosos,
amanece y ya despiertos,
nos levantamos.
V
Luego nos despedimos
como eternos enamorados,
cada quien por su lado,
sublimes y embelesados.