Alicia Higueras

POESÍA AL CIELO

Papá..., soy Illa, tu pequeña, tu princesa.

Me dejaste, te fuiste, partiste.

Sé que no quisiste...

Sé que luchaste y plantaste cara al puto cáncer.

Hiciste de padre hasta el último momento, hasta tu último aliento.

Mientras sufrías y la enfermedad te consumía.

Yo seguía en mi cuento de hadas y te disfrutaba.

 

A coches, muñecas y lo que me imaginaba,

conmigo siempre jugabas,

No era consciente de nada,

no me di cuenta de lo que realmente pasaba.

Tú te encargaste de eso, de darme mi mejor niñez.

Sufrías por lo dura que sería mi adolescencia y mi adultez.

 

Conseguiste mantener mis mejores recuerdos,

los que guardo en lo más profundo de mis adentros,

los que gracias a ti dejaste para mí,

recordándote feliz y sin verte sufrir.

 

Era una niña, llena de amor, inocencia y sensibilidad,

llena de alegría, con una maravillosa vida.

Tenía el mejor padre del universo, un gran guerrero,

mi héroe y ahora el rey del universo.

Te admiraban por donde pasabas,

tus huellas seguían y todos te valoraban.

 

Hoy te escribo porque te extraño demasiado.

Hay momentos delicados que necesito de tus consejos y tus abrazos.

De repente un día, una noche en mi guarida, conmigo misma,

estaba cargada de tantas heridas...

Dolían y me consumían.

Descubrí lo que era hablar conmigo misma,

 escribiendo mis pesadillas creaba poesía.

Empezaron a sanarse rápidamente mis heridas.

Y volvía tu hija, a la que llamaste Alicia,

 al país de las maravillas.

 

Me hice un tatuaje para recordarte.

Decidí aquel día que ya no quería irme contigo de viaje,

era demasiado pronto para mí.

Y tú no quisiste venir a por mí.

Viniste a darme tu magia para mantenerme aquí,

para resistir y a mi lado combatir.

 

Esta es mi forma de abrazarte, perderte jamás entrará en mis planes.

Odiaré siempre al puto cáncer,

pero jamás a ti.

Te quiero, papá, con toda mi alma y mi corazón.