Eres como el atardecer arrebolado, con ese sol desfalleciente y anaranjado, con rayos que no queman, pero que inspiran suspiros
Y las aves viajeras que te despiden, te vas, te ocultas. Llega la noche oscura, vas perdiendo el matiz, no queda el fuego.
Pronto el cielo se llenara de cenizas el manto de la noche
Será tan oscuro y duro como el carbón, pero mira el carbón se enciende, y aquí estoy yo para encenderte.