Déjame, déjame rozar tu boca
para robarte un beso de tus labios,
deleite de mis días y mis noches.
Con el arribo de la madrugada
el impulso de mi anhelo
modelará tu sangre
para recreo de mi fantasía.
Si me piensas, amor,
la distancia se acorta entre tus manos
y mis senos de lluvia.